Recuerdo perféctamente cuándo y dónde tuve por primera vez en mis manos un ejemplar del tebeo "El Guerrero del Antifaz". Fué hacia 1980, en la España pre-Naranjito, en un verano caluroso, como todos en Medina del Campo. El lugar de Castilla, por aquel entonces La Vieja, donde pasaba gran parte de las vacaciones de verano, con mis abuelos paternos, oriundos del lugar. Ancha era Castilla por aquel tiempo, y estrecha la economía familiar. La asignación semanal que me daban los abuelos, más conocida como "La Paga", no era mucha, y lo cierto es que, aún menos, los lugares de Medina donde poder gastarla. Un puesto de piñones; Una librería-papelería que odiaba, pues era donde me compraban los "cuadernos Rubio" de ejercicios, con los que me martirizaban todo el santo (nunca mejor dicho) verano ejercitando mi pésima caligrafía de zurdo converso; Y el esperado mercado semanal.
Aquel mercado, en realidad, tenía poco de especial para mí, a excepción de un puesto. Entre frutas, verduras, todo tipo de ropa y qué sé yo, había un tenderete con libros y tebeos. Montones y montones de tebeos. Quizás no fueran tantos, pero para mí, era una cantidad inalcanzable, que lo convertía en un vergel entre tanto campo ocre. Y allí fué, donde gracias a mi abuelo, pude hacerme con mi primer "Guerrero del Antifaz".
Mi abuela siempre se inclinaba a comprarme tebeos de Bruguera, en especial de Carpanta, Las Hermanas Gilda o Doña Urraca, pues ella se reia mucho leyéndolos. Pero a mí, que era un niño de poca risa y muchos sueños, me gustaban más las historietas de aventuras. Y esos eran los tebeos que compraba cuando iba con mi abuelo. A mi abuela le gustaba leerme los tebeos de Bruguera, o eso decía ella. La realidad es que le daba vergüenza leerlos sola por que, en esta España nuestra, máxime en aquella, leer tebeos no está bien visto, pues es "sólo cosa de niños". Yo le pedía a mi abuelo que me leyera los de aventuras, pero él siempre me decía "mejor lo lees tú, que sin gafas no veo bien". Mi abuelo nunca usó gafas. Así que pronto comprendí que no sabía leer, pero le daba vergüenza decirlo. Eso me hizo sentir mucha vergüenza de mi país, pero nunca de mi abuelo. Yo leia para los dos.
Me pasaba la semana leyendo y releyendo aquellos tebeos, y cada siete dias, acudía fiel a mi cita del mercado a por un nuevo ejemplar. Lo cierto es que a mi me gustaban todas las historietas de aventuras y ciencia ficción, aunque las de épica medieval, cobraban un sentido especial en aquel contexto espacial. El mayor atractivo que encerraba la Medina del Campo de mi infancia, era sin duda el Castillo de la Mota. Desde allí, otrora habian decidido los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, los designios de la España del siglo XV. Y para mi ensoñadora mente, resultaba muy fácil imaginar a héroes medievales corriendo mil aventuras, con sólo mirar aquel bastión de piedra que yo veia inexpugnable. Mi abuelo alentaba mi imaginación respondiendo afirmatívamente a mi batería de preguntas. "Abuelo, ¿estuvo aquí el Guerrero del Antifaz?"; "Sí, defendiendo a los pobres y cristianos de los señoritos malos y los invasores sarracenos", me respondía él con total convencimiento. "Abuelo, ¿y El Capitán Trueno también estuvo?"; "Sí, también". "¿Y qué hacía?"; "Pues lo mismo que el otro". "¿Y el Príncipe Valiente?"; "Pues claro hombre, aquí eran valientes todos". "Y... ¿Vicky el Vikingo, estuvo también?; "También, pero ese sólo vino de visita". Hoy estoy convencido que si le hubiera preguntado por Conan (al que aún no conocía), él habría dicho que sí, que por allí estuvo viviendo una temporada. Para él, todo nombre que sonara castizo había vivido allí, y los que no, habían pasado de visita. Y siempre defendiendo a pobres y cristianos. Mi familia no era creyente, así que desde muy niño tuve claro a cual de los dos grupos pertenecía.
Unos años más tarde, ya en la adolescencia, me llevé una profunda decepción al leer un artículo del estudioso Salvador Vázquez de Parga, donde tildaba al Guerrero del Antifaz, (y por extensión a su autor, Manuel Gago), de ser un tebeo fascista, al servicio de la doctrina del Nacional-Catolicismo impuesto por la dictadura militar. El Guerrero, uno de los héroes de papel de mi infancia, quedaría estigmatizado desde entonces, y Manuel Gago, se convertiría en una víctima más de esa ignorancia basada en el cotilleo y rumorología de la que solemos hacer gala los españoles. El erudito ensayista, a quien admiro y respeto mucho, se equivocó, tal vez llevado por cuestiones personales, en su injusto juicio del Guerrero del Antifaz. Con el tiempo, supe que Manuel Gago era hijo de republicanos. Que su padre había estado largo tiempo encarcelado, y que él, y toda su familia, habian vivido estigmatizados por "rojos", y sufrido por ello, como tantos otros, las permanentes represalias que el yugo de la dictadura franquista ejercía con aquellos que consideraba "sus vencidos". Como podréis imaginar, Manuel Gago no tenía ninguna simpatía por todo aquello que se (pre)supone defendía su "Guerrero del Antifaz", y tal San Benito, le causó un profundo e intenso dolor para el resto de su vida. Ya lo decía mi abuelo, "no hay nada peor que estar en medio de ningún sitio".
Hace unos meses, tuve la inmensa suerte de recibir la commission (encargo) que os tráigo hoy a este espacio. Para mí fué un reencuentro con un personaje muy querido, y una humilde forma de rendirle un merecido homenaje. Y también un buen pretexto para releer gran parte de la obra de Gago, en lo que al Guerrero se refiere. En ella me encontré un montón de maniqueismos y dejes de los que adolece todo tebeo español de los años 40/50, incluyendo al Capitán Trueno. Pero también fué una satisfacción descubrir numerosas críticas al poder, y sobre todo a quienes abusan del ejercicio del mismo. No, el Guerrero del Antifaz no sirvió a los intereses de la dictadura militar, ni más ni menos que cualquiera de sus coetáneos. Para lo que podéis estar seguros que sí sirvió el "Guerrero del Antifaz", es para que un humilde y genial historietista, diera de comer y sacara adelante a su familia, en una España triste, de oscuridad permanente. Y para que un niño, que hoy es un humilde miniaturista, tuviera unos veranos más alegres y luminosos en aquella Medina del Campo de los 80, tan Reina, y tan católica.
Sensacionales figuras. Me agrada el realismo que has sabido darles. ¿Sería posible saber en qué material están hechas y algo de la técnica que se ha utilizado? No pretendo una clase magistral, simplemente saber si se han modelado en barro, arcilla sintética... o en otro material. Muchas gracias y reitero mis felicitaciones.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Ebravor, bienvenido!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
El original está trabajado con masilla epoxídica de dos componentes. Ofrece una textura y maleabilidad similar a la arcilla, pero a diferencia de ésta, no necesita cocción. Cuando está fresca se modela como la plastilina. Una vez seca, endurece como una piedra, lo que me permite continuar el proceso esculpiendo. Digamos que empleo una técnica mixta entre el modelado y la escultura.
Cuando un original se seria, suelo hacerlo en resina de alta calidad.
Espero haber aplacado tu curiosidad, que por aquí, siempre es bienvenida!.
Gracias por la visita, que espero se repita ;-)
Un saludo
Muchas gracias por la información, Marco. Verás, mi pregunta tenía un trasfondo. Tengo (o tenía) cierta "facilidad" para tallar madera. Hace años, con la ayuda de una navaja y de un par de gubias, hice varios bastones. Fue en vacaciones de verano. No quedaron mal del todo. Soy muy autodidacta... quizá me atreva algún día a intentar modelar una figura del Capitán Trueno, el héroe de mi infancia. Las características que apuntas de esa masilla (que desconocía) me parecen muy adecuadas.
ResponderEliminarGracias por tu pronta respuesta. Y gracias a "Corsario" por propiciar el haber contactado contigo.
Como te dije, una vez seca, se puede esculpir perfectamente. Hombre... te advierto que es muy dura, nada que ver con la madera, eh?
ResponderEliminarVaya!, Trueno es otro de mis tantos héroes (es lo que tiene ser politeista ;-). Te diré que tengo un encargo para el próximo año de una escena con El Capitán Trueno. Y de paso, que tienes entre los links un par de blogs específicos sobre Trueno, aunque seguro los conoces.
Jajaja...me ha gustado eso de ser "muy autodidacta". Te diré que yo no pasé por Bellas Artes, y el año próximo hará 20 que me dedico profesionalmente a ésto, y 14 que me gano las lentejas con ello.
Por cierto, he visto que has venido para quedarte, muchas gracias por unirte al mundo del trapecio ;-)
Bueno... yo "trapecista" no soy. Además desde ahí arriba, con ese balanceo no podría apreciar el arte, que es lo que me distrae y gusta. Me he apuntado porque es lo menos que puedo hacer, después de "robar" alguna imagen. Y si de paso, aprendo algo; pues mejor. No sabía que existiese la masilla epoxídica ésa. Cualquier día me da un arrebato, compro un paquete y me pongo a hacerte la competencia. :-)) Gracias por tu acogida.
ResponderEliminarEn cuanto a la madera, tallé algunos bastones en madera de boj y de castaño. Todo es empezar. Eso sí: como no se tenga una pequeña vena de artista, con la técnica no basta. Y es lo que me ha gustado de tus figuras: tú tienes las dos cosas. Espero balancearme por aquí al menos hasta ver esas figuras del Capitán Trueno.
Jajaja... Muchas gracias de nuevo por tus bellas palabras.
ResponderEliminarLa verdad Ebravor, es que en estos tiempos inciertos que corren, creo que el arte más difícil, es el que se necesita para mantener el equilibrio y no caerse del trapecio ;-)
Ah!, y tienes permiso para coger prestadas las fotos que quieras, que queda menos delictivo ;-)
Los dos sois la pera. Me ha encantado volver...
ResponderEliminarHermosa y singular recreación.
ResponderEliminarGracias por este trabajo que nos presentas y que he llegado a conocer por "voto a bríos", pero también por haber creado semejante espacio.
Gracias a tí, Allerastur, por asomarte a esta ventana, y por las bonitas palabras que me dedicas. Un placer darte la bienvenida a este espacio sin tiempo, que es mi miniaturizado universo. Me alegra que te guste, y espero sigas disfrutándolo.
ResponderEliminarTe envio un cordial saludo!
¡GRAN FIGURA DEL GUERRERO!. Tu historia leyendo a El Guerrero sobre el año 80 me recuerda a mí mismo.
ResponderEliminar__________________________
www.dfsandez.blogspot.com
Gracias Diego!. En realidad, la figura es pequeñita, mide unos 6 cm ;-)
ResponderEliminarEsa es la grandeza de los tebeos, que no sólo hacen relativo el tiempo, sino también el espacio.
Tus palabras, y los fragmentos de tus obras teatrales que me acabo de leer, se merecen un link. Así sea!.
Gracias por lo de mi blog, y me alegra saber de nuestra común pasión por Jardiel Poncela. Eso es que tienes buen gusto. Y gracias por tus palabras sobre mis obras. Eso no sé si es buen gusto... :-)
ResponderEliminarNo hay de qué, el gusto es mío!. Y te aseguro que, yo el buen gusto no lo pierdo ni vestido de lagarterana leyendo bajo un almendro en una noche de blanco satán ;-)
ResponderEliminarLo dicho, seguiré tu pista!.
Ah!, y bienvenido a este diminuto universo!.
Hola Marco,
ResponderEliminarfelicidades por la figura del Guerrero, leyendo tu Historia es como si yo mismo la estuviera escribiendo solo cambia el escenario Valencia, de pequeño vivía en un piso a los pies de las Torres de Quarte a 15 metros de la puerta de entrada y la muralla se dice que el Cid Campeador paso por ella, imaginate las aventuras que me inventaba leyendo las aventuras del Guerrero primero y luego el Capitán Trueno.
Felicidades por el Blog pienso pasar a menudo
Me creo que he adquirido 2 figuras de otro héroe de mi infancia ( tengo 53 ) El Fantasma que camina ó The Phantom.
Saludos
Pedro A. López
Hola Pedro,
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. Una de las cosas que más me gusta de mi profesión, compartida con el mundo del tebeo, es esa posibilidad de viajar en el tiempo, por ejemplo, para volver a la infancia.
Me alegra que te guste el blog, y eres muy bienvenido en él.
¿El fantasma que camina?, ¿el custodio de la paz?... Vaya, pues yo he hecho una figura de The Phantom hace casi un año, que pinté en dos versiones (original e italiana). Es fácil saber si son mias. Si llevan certificado firmado, las he hecho yo.
Buenos héroes los de tu infancia, que también acompañaron la mía.
Saludos
Marco
Hola Marco,
ResponderEliminarsi son tuyas, me dijeron que las hiciste para un salón de comic como homenaje a una persona, las adquirí en un portal de subastas llevan certificado. Una pregunta como puedo comprarte una o dos figuras del Guerrero del Antifaz
Saludos
Pedro
Hola Pedro,
ResponderEliminarPues sí, te han informado muy bien. El salón de cómic fueron las Jornadas de Avilés, y la persona homenajeada fue el Gran Joan Boix, que se encarga de mantener vivo al Phantom en Suecia. :-)
Para consultas, compras, y demás, mejor me escribes al email que encontrarás en la web: http://www.marconavas.com/index.html
Indica Pedro "capitán madelman" en el asunto, para identificarte, y así no tendré pérdida.
Saludos
Marco