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domingo, 13 de noviembre de 2011

Tina Modotti, la mirada eterna de una mujer del S.XX

Suele decirse de las obras, personajes, y personalidades, que adolecen de algún tipo de condicionamiento espacio/temporal, que son "hijas de su tiempo". No es el caso de Modotti.

Y no lo es se mire por dónde se mire. De la Tina Modotti real, esa belleza atemporal de origen italiano que como actriz diera que hablar al Hollywood del cine mudo, la modelo que posara desnuda para el fotógrafo Edward Weston, la musa de intelectuales, la fotógrafa que capturara en blanco y negro el alma del Méjico de Diego Rivera, la activista libertaria del sórdido y convulso panorama político del siglo XX, se pueden decir muchas cosas, pero nunca, que fuera hija de su tiempo. Tina transitó demasiado por delante de su tiempo como para poder ser hija suya. Tal vez pudiera ser su madre, o quizás su abuela; a buen seguro que fué testigo activa, amante entregada, y muy probáblemente víctima, de su tiempo.

Con la biografía en clave de novela gráfica de Ángel de la Calle, "Modotti, Una mujer del S.XX", sucede algo parecido. Tina nació a finales del siglo XIX (1896), para transgredir el XX. El biocómic de Ángel se fraguó a finales del siglo XX, y va ganando vigencia conforme va transcurriendo el tiempo en este siglo XXI. En base a una realidad histórica, documentada hasta rozar la obsesión, Ángel convierte a Tina en personaje principal, y testigo excepcional, del periodo más inquieto del pasado siglo, ese que se pierde entre las dos guerras mundiales. La obra de Ángel, transforma ese periodo en escenario vivo de la historia más grande jamás contada. Y lo hace valiéndose de la fascinante y turbulenta historia particular de Tina Modotti, por que sin duda, la madre de todas las historias, ha de ser una mujer.

La novela gráfica de Ángel, como la Tina real, ha ido haciéndose políglota con el rodar. Brasil, Portugal, Italia, Alemania, Francia... son algunos de los paises donde se ha publicado, y en los que se ha escrito mucha tinta sobre ella. Recientemente, un medio francés decía, "por fin una novela gráfica que es una novela gráfica". Acertadas palabras éstas, de aparente simpleza y profundo contenido. Con "Modotti", Ángel ha conseguido una obra que es tan gráfica, y tan novela, que resulta, muy difícil de clasificar, muy fácil de amar, e imprescindible recomendar. Es una obra que habla de la visceralidad de la vida y la muerte, pero sobre todo, de aquellas personas decididas a vivir la una y enfrentarse a la otra, llevados por el compromiso, enredados en el entresijo, y entregados al amor sin fronteras, sin barreras, sin tiempo...

Conocí a Ángel hace unos cuantos años. Los dos somos asturianos del mundo y residentes en Gijón. Por aquel entonces, él ya andaba sumergido en su búsqueda personal con "Modotti". Siempre tras los pasos de Tina. Siempre Tina. He contado en más de una ocasión, que yo sabía muy poco de Tina entonces. Conocía su paso por Hollywood y su faceta como fotógrafa del méjico de los años 20, pero sobre todo, conocía su labor como modelo de Edward Weston. La imagen de Tina através de la cámara de Weston siempre me ha resultado tan adelantada, tan atrayente...

Emana el vigor de la fragilidad. Sus ojos. Su mirada me resulta cautivadora. Esa mirada siempre perdida, siempre triste, tan característica de quienes son capaces de ver más allá que el resto; de ver la realidad de un mundo henchido de injusticia y mirarlo de frente dispuesta a cambiarlo, aún consciente del riesgo de morir en el intento. En nuestras tertulias, Ángel siempre estaba hablando, y casi siempre de Tina. Siempre Tina. Por aquel entonces yo aún podía apurar los cigarrillos a techo, frente a una taza de café. Poco a poco, la pasión que Ángel ponía al hablar de Tina Modotti, me fué arrastrando. Yo entonces aún no lo sabía, él sí. Me estaba convirtiendo en un Tinófilo.
La novela gráfica, editada por SinsEntido, se publicó originalmente en dos tomos, con un interminable periodo de dos años entre ambos. Devoré el primer tomo en cuanto salió, y me pasé el resto del tiempo dándole la chapa a Ángel para que acabara de una vez el segundo tomo. Para contrarrestar mi inagotable insistencia, él empezó a darme la chapa a mi para que hiciera una figura de Modotti. Yo puedo ser muy insistente, pero él, es inasequible al desaliento. Y me alegro muchísimo de que así sea. He de deciros, que entre los numerosos motivos que tengo para tener en muy alta estima a Ángel, están que creyera desde un primer momento, mucho más que yo mismo, en mi quijotesco proyecto de crear una colección de figuras de personajes de cómic en España, con la excelencia de las existentes en la BD franco-belga; haberme sacado los colores en una promo en Madrid comparándome a Loisel; y ser el promotor de dos de los trabajos de los que más orgulloso me siento, mis dos petits Tinas. Siempre Tina.

Coincidiendo con la edición del 2º tomo, hice la 1ª figura de Modotti. La 2ª, la de Méjico, un par de años más tarde, coincidiendo con la edición del Integral. La libertad con la que trabajé fué total y absoluta. Puesto que decidí basarme en la Tina real para esculpir la cara, y que soy un enamorado de las ilustraciones que Ángel hizo para las portadas de la 1ª edición en 2 tomos, concluí, contrariamente a mi modus operandi habitual, basarme en ellas para el diseño de las pequeñas Tinas.
Ambas figuras han sido cuidadas y mimadas ediciones limitadas y numeradas, con certificado de autenticidad, box art, etc. Para quienes queráis ver más fotos, saber más detalles, o adquirirlas, os remito a la web marconavas.com (sección Cómic-BD). El próximo diciembre, SinsEntido sacará una nueva edición (y van 4) integral ampliada con numeroso material extra de "Modotti. Una mujer del siglo xx". Una edición que conmemorará, en el 2012, el 70 aniversario de la muerte, más bien asesinato, de Tina Modotti. Mientras apuro las líneas de este post, no puedo dejar de pensar en unas palabras que dijera ella, Tina. "Busco la vida, mi vida. Pero la vida, vive en mi". Esa mujer de imagen frágil y convicciones recias, que tal vez también vino de un mundo raro, vivirá siempre en esa parte de nuestra memoria, donde la realidad forja los sueños. Tina, siempre Tina.



P.D.: Sí, es la Durcal. Yo hubiera preferido la versión de Chavela Vargas, pero... es lo que hay. Y he de decir que ante la descripción del video y el título, me quito el sombrero, mejicano, claro. En las "Tinas" subrayadas os dejo más links, de más videos ;-)