IRES, DEVENIRES, Y REFLEXIONES ESCRITAS EN VOZ BAJA.

jueves, 19 de mayo de 2011

Reflexiono luego me indigno


Con ilusión, esperanza, y también cierta dosis de escepticismo, estoy asistiendo estos dias a lo que la prensa internacional ha dado en bautizar como "Spanish Revolution". En mi humilde opinión, más que una revolución, es la razón puesta al servicio de la indignación, o tal vez sea viceversa. O quizás, el resultado de sumar razón e indignación es precísamente eso, revolución. Pero ya sabemos lo mucho que gusta la prensa, llamémosle oficial o mayoritaria, donde por cierto, faltan periodistas y sobran opinadores, de bautizar, con clara intención de etiquetar generalizando en base a presunciones, prejuicios, estudios maniqueos y toda suerte de falacias, movimientos ciudadanos, generaciones, y lo que se les ponga. La generación NiNi era esa que ni estudia, ni trabaja, ni tiene oficio ni beneficio. Eso sí, ahora sabemos que capacidad para indignarse y proclamar su indignación tienen, y mucha!. Los nacidos en el babyboom del 68 al 79, mi generación, nos tocó ser la generación X. Nunca he tenido muy claro si por ser una ecuación difícil de resolver, si por abundar tal vez en ella los frikis de La Patrulla X, o por que tal vez con nosotros aumentó el consumo y producción de porno. Sea como fuere, si despejamos esa X, me temo que el resultado, es más indignación. Y es que, la lista de motivos para indignarse es tal, que lo anormal sería no hacerlo.

Personálmente, me indigna desde hace mucho tiempo, ver como desde el Fondo monetario internacional, Banco mundial, Banco central europeo y Organización mundial del comercio, han fagocitado, entre otras muchas, nuestra democracia. Me indigna ver a los gestores del bien común, es decir la clase política, convertidos en petimetres al servicio de multinacionales y corporaciones. Me indigna que para ellos, democracia, sea un eufemismo políticamente correcto de dictadura de mercado. Me indigna ver como nuestros representantes políticos han convertido algo tan serio y necesario para la democracia como la política, en un estercolero donde sólo parece haber espacio para la corrupción, la mentira, las promesas incumplidas, los papeles mojados y el oscurantismo. Me indigna que los medios me bombardeen con publicidad de la obra social de los bancos, y haya un total mutismo acerca de la probada vinculación de éstos con el tráfico internacional de armas. Me indigna ver como 17 coorporaciones, en connivencia con la clase política, sus acólitos, y demás beneficiarios, han convertido el país y nuestra democracia, en un estado caciquil, lleno de trepas y tecnócratas mediocres, eso sí, ante nuestra pasividad perpleja y manifiesta. Me indigna toda esa gente que se empeña en hablar de izquierda y derecha, pero que nunca quiere hablar de arriba y abajo. Me indigna y avergüenza vivir en un mundo que produce alimentos para nutrir 4 veces a la población mundial, y sin embargo, condena a la mitad de ella a morir de inanición. Pero sobre todo, me indigna que insulten mi inteligencia y me tomen por idiota, todos esos que me hablan de paz cada vez que inician una guerra, los que me dan lecciones de moral cuando carecen de toda ética, y de los únicos valores que entienden son los de mercado, los que claman justicia confundiéndola con venganza, los que cada vez que hablan de libertad es para prohibir o restringir algo, los que creen que para ser buen empresario hay que ser un tirano especulador, los que piensan que la democracia es la ley del más fuerte y confunden "más fuerte" con mayoría, los que quieren hacerme creer que para ser competitivo es justificable la esclavitud, los que tiran la piedra y esconden la mano.

Lo cierto es que me indignan tantas cosas, que creo tengo mucho que reflexionar. Pero a mí, con eso de la jornada de reflexión, me pasa como con el día de los enamorados, que me parece muy poco romántico dedicar sólo un día al amor. Así que no celebro el 14 de febrero, y amo con todas mis fuerzas el resto de los dias del año. Es por eso que yo acostumbro a reflexionar a menudo, salvo, claro está, el "día de reflexión". Y suele ser un problema pues para mí, resulta muy complicado pasarme 24 horas sin reflexionar un sólo minuto. Pero este año creo que lo tendré más fácil, en lugar de debatirme para dejar de reflexionar, el próximo día 21 me iré a indignar a la plaza del ayuntamiento de mi ciudad, que es lo que me dicta el sentido común y la utilización de la lógica. Esa lógica que me dice que reflexiono luego pienso, y pienso luego me indigno. ¿A ver si vá a ser ese el problema, pensar?


P.D.: Los videos es por aquello de "la letra con música entra" ;-)