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lunes, 26 de diciembre de 2011

Blue Moon, en un Jardín de Invierno.


Dice la cultura popular, que cuando un mes tiene dos lunas llenas, la segunda, es portadora de buena suerte. Y tal vez por eso, como premio a los augurios de buena fortuna, recibe el bello nombre de "Blue Moon".

El solsticio de invierno comienza, en el hemisferio norte en general, el 23 de diciembre, con la noche más larga del año. En España en particular, llega el día 22, con la mañana más numérica del año, el sorteo de la lotería de navidad. Año tras año se suceden las mismas estampas. El negocio más lucrativo del Estado nos trae a los que lloran por haber resultado premiados, y a los que lo hacen por quedarse sin premio; el "que haya salud" del resignado que se va con lo puesto, el que besa y enseña agradecido la estampita de la virgen, el que no quiere ver ni a Dios, el "Oé Oé" de la masa que se agolpa entorno a una administración que ha repartido fortuna, el cava y sidra achampanada El Gaitero en vasos de plástico a costa del lotero... y algún "listo" de tanta suerte como fortuna, sin vergüenza ninguna, que aprovecha la ocasión para blanquear dinero comprando papeletas premiadas.
Sí, así es la lotería de Navidad en España. Pero este año, ni el premio gordo que se dió en la Santa y ludópata casa de Loterias y Apuestas del Estado, con el chillón cántico numérico de un niño con uniforme escolar, pudo enmudecer el run run de los tiempos aciagos que nos traerá el año nuevo. Más recortes sociales, más desahucios, más empobrecimiento para unos, más miseria para otros, y el mismo ignominioso enriquecimiento para la minoría restante. Pues sí, los tiempos se avecinan presumíblemente oscuros, y el invierno, largo como la noche de su solsticio. El presente diciembre, no tendrá dos lunas llenas, pero sí muchas arcas vacías. Y lo cierto es que harian falta muchas "Blue Moons", es decir, mucha suerte, para cambiar el rumbo de las cosas.

Cuando escribo estas líneas, acostumbro a hacerlo en la intimidad y sosiego de la noche. Entre pensamiento y frase, reflexión y palabra, pierdo mi vista através de la ventana buscádola a ella, la Luna. Y la encuentro envuelta de estrellas, coronando con su belleza plena el infinito cielo nocturno. Me la imagino pelirroja y pizpireta; con un largo vestido azul, y cubriéndose de narcisismo frente a un espejito de mano. La sueño tal y cómo la miniaturicé hace unos años para el catálogo de Arte Fantástico de Fontegris Miniaturas. La figura lleva tiempo descatalogada, pero he querido traérosla hoy hasta aquí, para poder acabar hablando de la belleza del plenilunio. Por que en este frío jardín de invierno que nos toca vivir, tal vez, como tantas veces dijo el Trecet, "buscar la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo".
Felices fiestas, que tengáis mucha Blue Moon, y que encontréis mucha Belleza!.