IRES, DEVENIRES, Y REFLEXIONES ESCRITAS EN VOZ BAJA.

martes, 9 de agosto de 2011

Summertime western

El verano sigue avanzando, y el calor aumentando. Las ideas, las palabras, el todo, se hace denso, se ralentiza. Tal vez por eso he pensado en esta figura que realicé hace tiempo para la colección privada de J.P., titulada "Ellen Stone". Una pieza refrescante, para un tiempo asfixiante. A muchos les vendrá a la cabeza la Sharon Stone del spaghetti-western de Sam Raimi, "Rápida y mortal". Yo, prefiero pensar en ella como lenta y vital. Y cada uno, que piense lo que quiera.

Lo cierto es que hace mucha falta refrescarse, pues en estos dias veraniegos lo menos caluroso puede que sea el clima. Los ánimos del personal cada vez están más y más acalorados. Y no es para menos. Leer la prensa empieza a dar miedo, además de revoltura, y eso, acalora al más templado. Los especuladores siguen imponiendo impúnemente su ley. Los gobernantes cada vez se parecen más al ayudante cutre de un sheriff malo de western de tercera. Se impone la ley del talión, e impera la del talón (bancario).

Pistoleros ultraderechistas salpican de sangre las portadas de la prensa internacional con sus crímenes en masa. El nuevo colonialismo está decidido a retornarnos a los oscuros dias del esclavismo en las plantaciones de algodón. Los indios cada vez son menos, y aquellos que con descaro y mal gusto llaman a su exterminio progreso, cada vez resultan más patéticos haciéndose pasar por "el bueno", cuando su esencia es la de "el malo", y en el mejor de los casos dan malamente la talla de "el feo". Pues sí, eso de que el mundo sea cada vez más parecido a un mal western, acalora a cualquiera con dos dedos de frente.
Sí, en este tiempo de verano hace falta, mucha falta, refrescarse. Y tal vez por ello uno sienta la necesidad de desplegar sus alas y dejarse llevar por esta justiciera de spaghetti western, de melena soleada y lunar pecaminoso, a un oeste menos polvoriento y sofocante, o al menos, con más encanto.
En este tiempo de verano, el poderoso salitre del mar, disipa las lágrimas de impotencia.